Ave
Madrid Barcelona
Clase preferente
Por mala suerte, y falta de plazas, tuve que tomar un AVE a Barcelona en clase preferente.
A bordo del AVE, hay billetes que incluyen el servicio de restauración en el asiento, es decir, que pueden disfrutar de una comida a bordo. Sólo podrán optar a este servicio aquellos pasajeros que viajen en clase Club o Preferente.
Los diferentes tipos que se ofrecen a bordo del AVE son: para diabéticos, para celíacos (comida sin gluten), menú sin sal, menú vegetariano, vegian (vegetariano estricto, sin huevos ni lácteos), musulmán (sin derivados porcinos), kosher (conforme a las reglas del culto hebraico) y vigilia (no contiene ningún productos elaborados con elementos cárnicos).
Sinceramente, no había tenido oportunidad de viajar en clase preferente, y esta vez comprobé sus utilidades. El servicio a bordo muy amable, ofrecen prensa, revistas, y bebidas en barra libre. El asiento es más amplio y cómodo.
Me ofrecieron el almuerzo y acepté tomarlo. Mi compañero de asiento pidió un gin tonic. Cuando me trajeron la comida, entendí mi error: tenía que haber pedido un gin tonic.
En todos mis viajes transoceánicos, (en los últimos 20 años) no había visto una cosa igual, una comida incomible, a la que no tuve ni cojones de hacer una foto, una ensalada (al menos era lo que rezaba el menú), un pescado recalentado 8 veces y unos postres cuya imagen no quiero ni recordar.
La gente pedía gins tonics, refrescos y whiskys. Ya sé porqué.
Madrid Barcelona
Clase preferente
Por mala suerte, y falta de plazas, tuve que tomar un AVE a Barcelona en clase preferente.
A bordo del AVE, hay billetes que incluyen el servicio de restauración en el asiento, es decir, que pueden disfrutar de una comida a bordo. Sólo podrán optar a este servicio aquellos pasajeros que viajen en clase Club o Preferente.
Los diferentes tipos que se ofrecen a bordo del AVE son: para diabéticos, para celíacos (comida sin gluten), menú sin sal, menú vegetariano, vegian (vegetariano estricto, sin huevos ni lácteos), musulmán (sin derivados porcinos), kosher (conforme a las reglas del culto hebraico) y vigilia (no contiene ningún productos elaborados con elementos cárnicos).
Sinceramente, no había tenido oportunidad de viajar en clase preferente, y esta vez comprobé sus utilidades. El servicio a bordo muy amable, ofrecen prensa, revistas, y bebidas en barra libre. El asiento es más amplio y cómodo.
Me ofrecieron el almuerzo y acepté tomarlo. Mi compañero de asiento pidió un gin tonic. Cuando me trajeron la comida, entendí mi error: tenía que haber pedido un gin tonic.
En todos mis viajes transoceánicos, (en los últimos 20 años) no había visto una cosa igual, una comida incomible, a la que no tuve ni cojones de hacer una foto, una ensalada (al menos era lo que rezaba el menú), un pescado recalentado 8 veces y unos postres cuya imagen no quiero ni recordar.
La gente pedía gins tonics, refrescos y whiskys. Ya sé porqué.
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